Cerrar etapas en positivo


Descripción de la película: «Holly y Gerry Kennedy forman un matrimonio perfecto. Para ella, su divertido e impetuoso marido irlandés es el amor de su vida. Por eso, cuando muere tras una enfermedad, Holly queda destrozada. 

Gerry, a sabiendas de cómo reaccionaría su mujer, ideó un plan: antes de morir, le escribió una serie de cartas que iría recibiendo durante semanas para animarla y guiarla en un viaje de redescubrimiento de sí misma. Todas las misivas terminan con un "Posdata: Te quiero" que la empujan a un nuevo futuro»

Desde un primer momento, no me apetecía ver esta película y lo único que hizo pasable su visionado fue la presencia de su protagonista masculino que, en comedia, suele mostrarse bastante gracioso y sexy…; así que con el fin de darle algo de sentido a una historia «insufrible», fui buscándole analogías con el proceso que se inicia en la mente humana cada vez que cerramos etapas (pequeñas o grandes).

Biológicamente hablando, LA MUERTE es el único proceso de «punto y final», un cierre de etapa definitivo que, en la película, es reflejado en las cartas que la protagonista recibe, a lo largo de un año y, que si la historia fuera cierta, se correspondería, más o menos, con la fase de duelo físico-emocional en la que la memoria de la persona fallecida va siendo eliminada de la vida de sus allegados más directos.

Es muy triste que las personas no seamos educadas para cerrar etapas en forma positiva e inconcebible que lleguemos al punto final de nuestras vidas sin una preparación consciente, ya que el cerrar las grandes etapas de la vida, facilita que lleguemos al final de nuestra historia con la mente serena y despejada y, sobre todo, sin dolor... 

Las grandes etapas por las que toda persona pasa a lo largo de su trayectoria personal son los «punto y aparte» que marcan las partes en las que se divide toda vida que se precie: 1º Nacer, 2º Crecer, 3º Desarrollo, 4º Muerte.

Cuando las fases 1º,2º y 3º no se han positivado se llega a la 4ª y última etapa (tiempo previo a la muerte) en las mismas condiciones o incluso peores en las que se desarrolló la primera etapa de nuestra vida (tiempo de bebé y nacimiento). Cada una de las grandes fases de la vida se ordena en multitud de puntos-seguidos, puntos y coma, o simplemente comas, que determinan la fluidez y el ritmo de nuestro «discurso existencial».

Pero sólo hay puntos y aparte que enmarcan el paso a la siguiente fase, y la consiguiente evolución en el espacio y no sólo en el tiempo si, en verdad, cerramos la etapa en positivo. 

Las etapas se cierran en positivo sólo si zanjamos todas y cada una de las cuestiones que «anidaron» en nuestra memoria durante los años biológicos que dicha fase duró inicialmente. De lo contrario, crecemos en edad física pero no maduramos mental ni emocionalmente y, por tanto, nuestro cuerpo no tendrá «soporte» energético para responder a los retos de una vida adulta. De ahí la importancia que para muchas personas tiene el soporte amistoso-familiar…

Un ejercicio interesante:
  1. Selecciona mentalmente de tu álbum de fotos familiar (no lo cojas, sólo piensa en él), una fotografía de tu época de bebé. (La primera que te venga a la memoria) 
  2. Selecciona mentalmente de tu álbum de fotos familiar (no lo cojas, sólo piensa en él), una fotografía de tu niñez, del tiempo en el que ya no eras un bebé pero tampoco eras adolescente. (La primera que te venga a la memoria) 
  3. Selecciona mentalmente de tu álbum de fotos familiar (no lo cojas, sólo piensa en él), una fotografía de tu adolescencia-juventud (La primera que te venga a la memoria) 

 ¡No sigas leyendo hasta haber traído a tu memoria estas imágenes…!

¿Ya está? Ok. Ten por seguro que esas imágenes son la puerta de entrada a un viaje en el tiempo y que realmente una parte de tu vida, física y mental, está «anclada» a dicha memoria. Este anclaje de nuestra memoria, nos permite acceder directamente a cada una de dichas etapas y mantener abierta la opción de «recuperar» la vida que quedó sin positivar. 

Relación entre dolor, somatización física y etapas no superadas


Cada vez que un problema se somatiza en la edad adulta, sus raíces se extienden hacia atrás, en cada una de las grandes etapas o espacios de nuestra vida y, para superarlo, habrá que atravesar la puerta de acceso a nuestra juventud, llegar hasta la puerta de nuestra infancia y por fin, llegar al espacio del bebé donde, de seguro se haya la causa de nuestro problema actual…
  • Cuando una molestia o un dolor aparecen y se mantienen en el tiempo, significa que un problema de relación o movimiento, no resuelto desde hace mucho tiempo, te está pidiendo que lo resuelvas AHORA, porque ya tienes las respuestas o capacidades que, en su momento, (bebé, niño o joven) no tuviste…
Nuestro bebé interior, (o cerebro reptil) nuestro niño interior, (o cerebro emocional) y nuestro joven interior, (o cerebro pensante) permanecen activos en nuestro interior para asegurarse de que completamos el proceso de vida para el que fueron creados….


He de advertir que este proceso de recuperación no puede realizarse sin ayuda terapéutica pues hay que penetrar, capa tras capa, hasta llegar a los niveles más profundos de la psique humana para «deshacer» las acciones superpuestas a lo largo del tiempo y hay que estar cualificado para ello.


En fin, la película no da para mucho, pero me ha permitido actualizar el tema de los viajes en el tiempo para cerrar etapas, una constante para las personas que mantienen abierto su proceso de desarrollo personal…